22 de junio de 2014

El discurso del Capitán

Caminando estaba cuando me encontré un libro. No leo en exceso a menos que sea de temas en específico, los que más me agradan. Encontrarse un libro mientras caminas por el bosque (sí, el mismo de las imágenes, el mismo de antes, el mismo de siempre)  es poco usual. Un suceso casi único. Obviamente lo recogí. Lo guardé. Y cuando pasé sus páginas me encontré con un discurso. Lo leí porque tenía la duda de qué se le dice a quienes tienes bajo tu mando cuando eres el líder en algo. En este caso, de parte de un capitán. Asumo que fue una guerra, o algo por el estilo. Una batalla, que sé yo. O al menos una batalla bien metafórica. Y decía así:

"Muchachos:
Escuchen con atención. Mañana es el día. Mañana es el clásico. Es el momento para el cual nos hemos preparado. Significa mucho para mí. Cuando el equipo, hace dos años, quedó a la deriva pude haberlo dejado morir. No había nada ni nadie. Eramos sólo tres. No alcanzaba, no era suficiente. El 2012 jugamos con refuerzos, apostando a mantener la tradición. Ganamos, pero no fue lo mismo. El año pasado me autodenominé "capitán", sólo por el hecho de ser el mayor de los que quedaban. No sabía nada de liderazgo, nada de cómo motivar gente, nada de organización. Costó harto rearmar un equipo nuevo. Lo logramos. Costó encontrar las posiciones dentro de la cancha, la sincronización, el conocimiento entre nosotros mismos. Y costó tanto que nos terminó pasando la cuenta. Y ahí sentí que fallé. La ansiedad y las ganas de ganar nos comieron. No fue el otro equipo, fuimos nosotros. Ahí donde se necesitaba un líder, no lo hubo. Este año estamos mejor preparados; lo he visto, lo sé. Y hemos superado las lesiones que no nos dejaron en paz. Hasta yo. Pero aunque tal vez no lo juegue, les tengo que explicar qué es y que significa para mí este partido. Este partido, para mí, es prácticamente todo. Si en el futuro me dijeran cuál es el mejor equipo, diría "Inglesas". Si tuviera que jugar por un equipo toda la vida, sería "Inglesas". Pediría las canchas toda mi vida, buscaría rivales cada vez que pudiera, daría mil veces más jumbitos al jugador del partido, intentaría muchas otras veces motivar a la hinchada. Si jugara el clásico, daría todo mi esfuerzo por ganarlo. Cuando voy caminando, escuchando música, en el metro, en la micro, en cualquier parte pienso en este partido. Imagino, veo, siento que lo ganamos. Me emociono, aunque sólo sea parte de mi imaginación. Veo goles, veo atajadas, he visto infinitas veces celebraciones de victorias por penales. Veo apoyo entre nosotros, de cómo lo daremos vuelta en el segundo tiempo, de qué debemos hacer para mantener el resultado, y así. Jugar por Inglesas, me produce una alegría indescriptible, unas ganas de ganar tremendas, un deseo de atajar todo lo que venga, porque siempre que ganamos es un buen día. No puedo describir todo lo que me produce jugar aquí. Hoy, no les puedo pedir que sientan lo mismo que yo. Pero si puedo, y es mi deber pedirles que den lo mismo que yo daría. Que corran a todas las pelotas, que no den una por perdida, que pateen al arco como si fuera el último tiro, que apoyen al que tienen al lado. Y que cuando ya no queden piernas, pongan el alma, el corazón en lo que queda. Esa es la única manera de ganar. Porque para eso estamos aquí, para entregar hasta la última gota de energía. Pregúntense "¿por qué estamos aquí?". Yo lo tengo claro, estoy aquí para ganar. Y ustedes, también. Porque esto, esto es Inglesas. This is it! Vamos Inglesas!"

Simplemente, speechless.

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