9 de mayo de 2010

La noche más extraña


No recuerdo bien la razón por la cual abordamos ese tren. Eran, creo, las 2 o 3 de la madrugada. El "tren" parecía mas bien un metro antiguo de los gringos. Además iba vacío, sin contar a mis 2 o 3 acompañantes, que no recuerdo bien quienes eran. Lo que aún tenía menos sentido, fue que al llegar a la estación, nos bajamos con todos los sentidos alertas. Alertas ... ¿A qué? Y ahí los vimos, y comenzamos a correr y a disparar. No me fijé en cuantos abatí, ni cuantas balas gasté. La luz naranja de los postes iluminaba todo, los semáforos seguían funcionando igual que siempre, y muy pocos autos pasaban. Corríamos, buscando ... ¿Ayuda? ¿Amigos? Llegamos a un cruce. Un lindo panorama con autos volcados, enemigos a la vista y gente sufriendo. Nuevo enfrentamiento, nueva victoria. Eso creíamos hasta que nos atacaron por sorpresa ... Y tanta sorpresa que subiéndonos arriba de semáforos y señalética nos salvamos, y eso porque ¿Llegó la policía?... Pero si los otros estaban muertos! ... Eso no pintaba bien, así que con certeros disparos abatimos a la policía también. No se puede confiar en nadie, ellos también eran de los otros. Pero, ¿Qué mierda hacían de pacos?! ... Hablamos con gente del lugar, nos dieron algunas pistas, y seguimos corriendo por la noche. Pasajes algo más oscuros, cambios de dirección, si se cruzaba uno de los otros, muerte. Hasta que llegamos a una casa. No sé como llegamos... pero había gente conocida allí. Amigos, de los cercanos, que también estaban armados. Un saludo, un recambio de armamento para los que veníamos del exterior, y listo! De nuevo a las calles. Pero caminamos ¿ 2 cuadras? ... Y una emboscada. Venían de militares, payasos, doctores, de todo. Pero eran lentos, y mal caracterizados. Y además no sabían atacar, porque ¿Cómo pretender vencer a un grupo armado con ... cuchillos? y sin armas? Ninguna posibilidad. Disfruté ametrallando al "militar" que tenía adelante, y mientras las balas lo hacían temblar mientras moría, sin haber caído al suelo aún, me fije en su traje de camuflaje que era bastante decente, en sus manos? con dedos pegados? Y su cara?, aunque parecía que tenía una panty en ella a modo de máscara, pero al fin supe que eran, porque la deformidad se notaba de todas maneras. La emoción me embargó, la del triunfo. Nadie salió siquiera herido, todos los engendros muertos. Exaltados por la victoria corrimos hacia otra casa amiga. Allí estaban los familiares. Nos aseguramos que no corrieran ningún riesgo y seguimos. La noche seguía y era larga. Escuchámos el aullidos de esos "zombies" varias veces. Corrimos y corrimos....

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What a nightmare!

Was it really a nightmare?


29 de abril de 2010

Sadness

En verdad no se nota. Pero esta ahí. Hace un tiempo. Mal.
Bien.
I can't help.
Life.
Mal.
No debería.
Pero todo sigue.

8 de abril de 2010

Historias dentro de otras

Era un día tranquilo, como cualquier otro. Algunas nubes, un poco de viento, sol. Caminaba por el bosque que se puede ver en la foto de la derecha. Observando troncos, mirando las hojas caer, escuchando los miles de sonidos que produce el bosque, intentando ver algunos animales, trazando mi camino a mi antojo. Caminaba por partes a veces inexploradas, a veces por rutas muy utilizadas. En eso estaba, distraído, cuando sin darme cuenta apareció un hada a pocos metros de mi. Ella era la típica hada que tengo como imagen en mi mente. (Porque no tengo otra) . Rubia, pelo muy largo, lindos ojos y mejor sonrisa. Vestido rosado fuerte (Sí, rosado fuerte porque no distingo mas allá de esa variedad de color) y en sus manos, un libro. Con extrañeza me acerqué a ella, mientras me sonreía. Me dijo: "Buenos días, ¿escucharías una historia?" Ni pensé en decir que no. "Sentémonos, y dejemonos llevar por la imaginación" Accedí nuevamente. Así que sentado en frente de ella, la vi hojear relajadamente su libro hasta que encontró un relato, y comenzó a narrar. "Esta historia, es la historia de un duende. De ropajes azules y barba pequeña, este duende iba por el mundo contagiando alegría a todo lugar. En cada pueblo, en cada plaza, a cada audiencia, lograba sacar sonrisas. Vivía solamente de la alegría de los demás. Nunca le importó viajar largos días, incluso semanas, porque la recompensa era impagable. Un día, en una de sus travesías, algo lo asustó. Luego, se alegró. Un amistoso fantasma se le apareció. No muy diferente a él, sólo que existía de una manera diferente. Iniciaron una bonita amistad, compartieron cosas increíbles para ser tan distintos. Pasaron alrededor de 8 días, cuando sin mayor explicación que el paso de los segundos, el fantasma se desvaneció. El duende quedó desconcertado. Lo buscó un tiempo, pero no tubo éxito. Así que tomó sus cosas, y partió nuevamente. Para él, fue como llevar una carta, en forma de un recuerdo, todo eso dentro de su mente. Siguió tan bien como pudo, pero siguió. Para él, nada se apagó..." Sonriendo, cerró el libro, siempre con calma, siempre con gracia. "Espero volvamos a encontrarnos" . Y poniéndose de pie, hizo un círculo con su brazo libre y desapareció. Me quedé un rato ahí sentado, descolocado. Creo que pase 10 minutos algo triste, luego 45 minutos algo pensativo, y 5 minutos sonriendo. Comprendí, me paré y seguí caminando por el bosque. Canté mentalmente una canción, toqué el tronco mas cercano, inspiré fuertemente y seguí, al igual que lo hizo el duende. Y sonriendo.

12 de marzo de 2010

Un barco a la deriva

Si bien no todos tenían rumbo, la mayoría sí lo tenía. Iban con su tripulación de puerto en puerto, comerciando, conociendo, celebrando. Algunos encallaban y se hundían, a otros los agarraba una tormenta y a veces naufragaban, y otras tantas veces lograban sobrevivir y volvían a buscar su propia ruta.
Un día como cualquier otro, a toda esa flota extraña y particular, la atacaron. Fue tan inesperado que muchos barcos naufragaron. Los que seguían sobre la superficie enfrentaron un oleaje maldito. Algunos se fueron a tierra, para quedar como testimonios de la brutalidad de ese ataque. Sorprendentemente demasiados barcos lograron pasar todas esas pruebas. Aún no saben quién los atacó. Se unieron por algunos días para buscar a otros, con la esperanza de lograr salvarlos. Cada uno ayudaba como podía. Pero pasaron los días y de a poco volvieron a navegar, tratando de retomar sus rutas. Lamentablemente, seguían algunos a la deriva, sin saber que hacer ni adonde ir. Y es que a muchos de esos barcos a la deriva, no se les puede ayudar, porque antes de que fueran golpeados ya estaban golpeados. Y siguen así porque el tipo de ayuda entregada no les servía a ellos. En los últimos días he visto a uno de ellos. Sigue sin saber su puerto. Su tripulación es mezcla de tristeza y recuerdos alegres. Tienen para comer pero no lo disfrutan, beben cuando notan que si no lo hacen morirán. ¿Así como este barco cuántos habrán? Mi barco sigue su rumbo. No es que no me preocupe, es que creo que no puedo ayudar.

31 de enero de 2010

Un nuevo viaje

Mañana a esta hora, muchos kilómetros habrán pasado. Varias ciudades, muchos paisajes, infinitas personas y demases. Todo ira pasando. La ciudad elegida de destino llegará pronto. A veces no se sabe si uno quiere que el viaje no termine, o que termine luego. Alguna lectura para el camino, un poco de comida y líquido. Música tal vez. Una siesta matinal y 7 horas en la noche de dormir, sintiendo la velocidad. 10 días de disfrutar y de bolsear también. Motivante. Un poco de nerviosismo antes de partir, debido a lo desconocido, a lo bueno que puede pasar, a que la expectativa es buena y si se cumple será excelente. Adiós Santiago, bienvenidas vacaciones (de las verdaderas).

21 de enero de 2010

...

Varias cosas no me gustan y unas cuantas no se pueden cambiar.
Una de ellas es mi sistema de "extrañar a las personas".
Es raro porque podría pasar solo muchos días, y sentir que no extraño a nadie, que incluso está bien no ver personas cercanas, y tal vez algunos días de soledad sí, pero después de semanas sigo creyendo que está bien. En verdad creo o me hago creer que no extraño a nadie. Lo malo es que cuando veo a alguien después de algún tiempo, me doy cuenta de cuanto extraño estar acompañado, mas específicamente de amigos. No me gusta porque si miro hacia atrás pienso que estuve mucho tiempo solo, y que si miro hacia adelante igual los extrañaré. No me gusta y ha sido así desde hace mucho tiempo. Y no puedo cambiarlo, porque esto "viene de fábrica".

14 de enero de 2010

Recordar


Recordar es algo natural. El asunto es que cada uno lo hace de manera diferente y es algo que no se puede forzar. En mi caso existen ciertas fotos. La de arriba es de mi cumple 17. ¿Por qué capitán? Creo que aún no lo sé, pero es un sueño como cualquier otro . Pero la banda esa no significa frustración sino un buen día. Canciones, juguetes, fotos, frases que vuelven con el tiempo. Todo eso te lleva hacia atrás, la mayoría de las veces para algo bueno y sonreír; y si es malo está ahí para que no vuelvas a lo mismo. Esa debería ser la utilidad, pero como ya dije antes para todos es diferente. Sólo que hace poco se me olvidó un detalle y este es que para recordar algo ya tiene que haber pasado o tiene que existir cierta distancia temporal con lo que se quiere encasillar como un recuerdo. Por eso cierta canción no evoca nada. Aún.